Evidentemente el Iphone de mi negro (muahaha personal joke, que tan solo el caucásico polaco puede entender) es mucho mejor que mi amado celular, porque claramente las fotos son mejores!
Al ver esta foto ya me siento nostálgica y porque soy la que soy ya tengo el corazón apretadito.. Porque como siempre, dejar a Martin en el aeropuerto resulta ser una experiencia dulce-amarga.. uno pensaría que después de tantos, TANTOS años, tantas despedidas, en tantos lugares diferentes y de tantas formas diversas, una despedida más seria fácil de vivir... pues no! Sigue siendo una de las cosas más difíciles para mi. Dulce, porque significa que más una vez, estuvimos juntos, pero amarga también porque uno tiene que decir adiós... Ok. Ok. quizás no adiós, pero si un incierto "hasta luego", que deja ese tonito melancólico con el cual ahora contemplo dicha foto.
Pero que no panda el cunico! Tenemos Martin para rato.. :)
Obviamente, y como todos sabemos mi relación con él es particular y muy sui generis, sin embargo, con todos sus defectos y altibajos, los años han refinado esta relación y le han dado, inesperadamente, un tono mucho más calmo y ponderado.
Prueba de ello es que convivimos en mi apartamento durante unos días y no nos matamos!! :)
Nos reímos, nos desquiciamos mutuamente, cocinamos, peleamos, bailamos, limpiamos la inundación del siglo, filosofamos, discutimos valores y le dimos alas al antagonismo constantemente... pero lo que prevaleció fue el cariño y el respeto que nos unen... constancia y solidez. Una conexión que estoy segura durará toda la vida.
Gracias a todos los que le recibieron con la importancia que él se merece, con la importancia que él tiene para mi. No saben como me llenan el alma!
Martin se ha marchado feliz de haber compartido con ustedes y aquí queda reafirmada la tal promesa de visitar Madrid en breve.
Y ti, mi negro, mi amigo, mi pilar (Pilat, ha!), aquí se te espera siempre.
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